sábado, 23 de abril de 2011

Welcome!!

Un poco más que welcome y buenos propósitos pide la Fundación de Alternativas, think tank progresista, que se mantengan con los inmigrantes, dada de la importancia de su voto en las municipales y autonómicas el 22 de Mayo.
Este consejo repleto de sentido político práctico, anda urgido por la premura de unas elecciones, por los datos de nuevos ciudadanos censados y sin censar procedentes  de otras latitudes, por la relevancia de ese cuerpo de votantes, y por latente posibilidad de que la mayoría de estos electores se inclinen a la opción socialista, favorecidos por sus políticas de extensión del derecho de sufragio y de  su regularización masiva. Poca tarea se había hecho en el sentido de captar su voto.
Incluso se podía especular que estos votos pudieran reparar y superar a la de los ciudadanos enfadados por la inmigración, por la promoción de los  derechos de los inmigrantes como ciudadanos con todos sus derechos, y al activismo integrador.
Desde los años noventa hasta ahora hemos crecido en 5.700.000  ciudadanos de distintas nacionalidades, algo más del 14 por ciento de nuestra población.  En la vida de cada persona o familia que nos ha llegado pesan las terribles circunstancias del desarraigo, la caprichosa tragedia de la trashumancia laboral, política, hasta las del sol que más calienta de nuestros nuevos moradores más longevos del norte.
Mientras ayudaban al PIB en su  significativo crecimiento, la mano de obra extranjera cumplía un objetivo como fuerza de trabajo, y el recorrido de nuestro crecimiento se hizo al modo del acomodado aborigen, es decir, “ande yo caliente y ríase la gente”. Cuándo las circunstancias aprietan y el PIB flaquea  “a Dios rogando y con el mazo dando”, nace la corriente de desafecto a su origen y sacamos el españolismo de reserva que se  inoculó entre nuestras patrioteras pasiones.
Deberíamos no necesitar mucho think, ni mucho tank, para enarbolar la bandera de los derechos como ciudadanos de nuestros nuevos convecinos, considerarlos como objetivo laboral o parte de una estrategia de conseguir votos, sin ser ninguna aberración, pudiera parecer debilitar el más profundo objetivo humano de nuestra consideración de iguales.
Nuestra realidad es muy cambiante, pero imagino que  con todos los beneficios que en sus vidas pudieran haberles reportado el estar entre nosotros,  qué  vertiginoso cambio de realidad para aquellos nuestros nuevos vecinos del viejo comunismo, académicamente formados para algo más que poner ladrillos a cuarenta grados o pasear carritos a misas de guardar; o la de  los orales sudamericanos oyendo nuestros despropósitos verbales y gracejos en español.
Dicen los alemanes que debemos volver a nuestro buen humor de origen, al parecer al españolito del “very show mandangui” se le han subido los humos, la verdad es que nos habíamos dado ínfulas de adinerados, entre el tono desparpajado de Gil y la rocosa defensa Roca, en sus delirios de desvergüenza. Menos blasones de solidaridad y más sentido de igualdad.
Con pretensiones idílicas de Quijote, se nos ve más como a Sancho. Mis amigos foráneos son devotos de Torrente y los programas de parloteo televisivo, por lo curioso y divertido, pero más como escuela  para conocernos mejor. Nuestro sentido de la alteridad se  debe enriquecer con nuestros nuevos vecinos,  nuestra conciencia como demócratas nos debe obligar a compartir urna, como esfuerzo, conocimiento y pan.










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