sábado, 23 de abril de 2011

Tiempo al tiempo

Tenía preparada el portavoz popular una de sus naderías para la ocasión, esta vez el anuncio de  que José Luis Rodríguez Zapatero  no se volvería a presentar como candidato a la presidencia del gobierno, le da para la siguiente perla, “España no puede estar gobernada por un pato cojo”.
Me contaba un viejo caricato, que tenían preparado en el gremio algún recurso ingenioso para cuando alguien del público se les ponía gracioso. Uno de ellos era preguntar a los asistentes, si estaban en un puerto de mar, porque se había escuchado  a un merluzo. A veces con el respeto que merece el tribuno, cada vez que abre la boca el Sr. Pons no dejo de recordar aquella anécdota.
Zp ha desvelado uno de los secretos que siendo uno de los mejor guardados, no resistía serlo por más tiempo, estaba en mi lógica y seguro que en la de la mayoría de ciudadanos y militantes del Psoe  la conclusión del presidente, pero me he sentido reconfortado  por el respeto que se ha tenido para no forzar su decisión.
Algunos se despacharán a gusto contra la gestión de Zapatero, y con literatura digna de Antonio Burgos y afines. Pero, como todo buen guiso tiene su tiempo, tengo el convencimiento de que, atributos morales, los grandes ajustes para la modernización de España, la vocación social de sus políticas, el alto sentido democrático de sus convicciones, los cambios en nuestro modelo económico, marcarán su presidencia y desdibujarán el empecinamiento de los adversarios de hacerlo responsable de una crisis que nace únicamente de los desmanes de los juegos financieros.
Y aunque yo participo, por distinta causa de la opinión del Sr. Botín, de que estamos en malos tiempos para mudanzas, los calendarios de la democracia deben ser tan incuestionables como el vencimiento de un préstamo para un banquero. Elecciones de Mayo y primarias posteriores, dejan escaso margen de maniobra, para preparar la estrategia de las próximas generales.
El 22 de mayo está a la vuelta de la esquina, hace falta renovar la ilusión en nuestra gestión más próxima, ser cómplice con la vecindad: generar políticas de empleo cercanas, avanzar en la igualdad, reponer el mejor urbanismo, mejorar las políticas de ayuda  a las dependencias, ampliar nuestra actividad para una mayor  y mejor participación ciudadana, mayores mecanismos de transparencia de la gestión pública…regenerarnos del daño hecho por la tropelías del becerro de ladrillo.
El becerro ha echado el bofe; malayas, gurteles y demás sumarios;  éstos han dado pábulo a la extensión  de las habladurías, y a veces me he compadecido de los actuales ediles que se sienten vilipendiados como si estuvieran señalados como sospechosos habituales, para todas las ruedas de reconocimiento de los lenguaraces de turno.
Ilusión, buen gobierno y transparencia, es también mi receta, y tiempo al tiempo, que ya vendrán las primarias.
Curro Flores
2011-05-04





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