sábado, 23 de abril de 2011

María a babor

El lenguaje de los barcos le debe ser muy familiar a la candidata socialista a la alcaldía de Málaga, María Gámez, criada en las entrañas mistéricas de los faros  marítimos dónde trabajaba su progenitor. Se confiesa poseedora de una hereditaria vocación por lo público, nacida  en el copo de luz de las vigilias marinas de su padre, atento al buen devenir de los navegantes.
Los faros marinos, en Málaga, la Farola, han sido despoblados por el automatismo, pero no por eso han perdido el incierto mitológico, su concierto de metáforas literarias, su inquietante existencia, su perpetuidad urbana, sus juegos con la luna  en las cadencias de las olas y el socorro de luz en la tempestad.
Con astucia salobre María Gámez han querido ponernos en antecedes de su pedigrí singular, en tropas dónde la herencia no es razón de justicia vital, pero sí de una impronta que le ha dado el entusiasmo necesario, para liderar la propuesta de renovación del consistorio malagueño, que la ha dotado de sentido social e ímpetu  generoso en la gestión de los servicios públicos.
Los socialistas, que como se conoce gobernamos los primeros dieciséis años del Ayuntamiento democrático de la capital malagueña, podríamos  arrojar por la borda las últimas cuatro experiencias  para ganarles las elecciones al PP. Analistas  los hay y muchos; referentes de autoridad, por doquier; charlas, elocuentes;  pero el turbador destino ha proclamado un extraño divorcio de nuestros votantes, fieles en otros comicios nacionales y regionales.
Atribuirles la causa de la zozobra municipal a las argucias del PP, al otrora hartazgo del votante, se me antoja la más fácil manera de no encontrar  la luz que nos conduzca, sino más bien una porfiada insistencia en el desatino. Por eso la apuesta por María y su equipo: entusiasta,  joven, progresista y relevantemente profesional, nos seduce en lo que de adecuación tiene a los signos de los tiempos y a las nuevas exigencias de gestión de lo público.
La candidata lleva en el tajo de impregnarse de los latidos de los malagueños mucho tiempo, como ciudadana de a pié, y en los destinos públicos que con mucho mérito ha desarrollado. Tiene entre sus cualidades  el haber conseguido superar con su acción gestora las endogamias de los  partidarios, demostrando más acción que burocracia, más sentido emprendedor que fatalismo.
Ha madrugado proponiendo su equipo, en el que nos llama la atención las incorporaciones de tres mujeres, profesionales independientes que  lo nutren de más perspectivas, convenciendo a la mayoría de los miembros del Partido Socialista malagueño.
La tarea de ganar se me antoja la tarea de la heroína y en eso está  su nobilísimo paso al frente. Hay que convencer a toda una comunidad que con sus muchísimos problemas, debe optar entre el más de lo mismo o el conjunto de respuestas  de la candidata del PSOE.
En esta ciudad marinera, los socialistas necesitaban una candidata a babor, para convencer de que el timón de la ciudad merece las manos  de su lucidez y energía, poco lastre y una proa dispuesta a recuperar la carta  de navegación de la Ciudad del Paraíso.
Curro Flores
18 de febrero de 2011



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