Ángela Merkel es una mujer formada entre el celo a las creencias bíblicas y la ortodoxia de un estado comunista, la que la caída del Muro la transitó de las ciencias físicas a su vertiginosa carrera política. El canciller Kohl pudo hacerla “su chica”, aupándola por su capacidad, pero quizás también porque tenía un expediente impoluto de los excesos comunistas de gran parte de su antiguo paisanaje.
La primera mujer que consigue en la historia la cancillería alemana, por su creencia y carácter no parecía llamada a liderar la defensa del euro, a marcar el paso en Europa, a poner la locomotora alemana a velocidad del AVE, y a trazarles las vías y peaje al resto de los compatriotas de la Unión.
El machismo acomodado la llevó de la chica de Kohl a la Mama del pueblo alemán, pero ella lo refuta con su mecánica quántica entre cejas y tesón de mujer. Su lógica es a veces tan de Perogrullo, como el mundo de la estafa especulativa que nos rodea lo es al cuento de la lechera. Estudió como Michelle Bachelet por las aulas de la Universidad de Leipzig, también primera mujer también en gobernar Chile desde el gobernador Valdivia en 1547.
El presumible gran camelador Sarkozy, no se la ha camelado; pero la crisis económica, es una fuerza que pone dogales y ayunta lo indomable. Así que desde el pasado viernes forman de esas plásticas parejas de presentadores, que han puesto encima de la mesa europea el envite más ambicioso de la construcción europea, para la defensa del euro.
La llamada comisión de sabios que presidió Felipe González nos pinto un panorama siniestro para la vieja Europa, con odres viciados de borracheras crónicas, impedida para los ajustes de la globalización, si no nos remozábamos en profundidad, y dejábamos los liftings faciales para la comicidad impropia de Berlusconi.
Ajustes de salarios a la producción; ampliar la edad de jubilación; control del límite del déficit presupuestario de los países europeos obligado por vía constitucional; reconocimiento mutuo de títulos universitarios en la UE; mecanismos de control bancario y homogenización del impuesto de sociedades, son el menú que para marzo está en la mesa del Consejo Europeo. Los especialistas en la construcción europea nos auguraban un periodo de bajo perfil europeísta, sumadas creencias y habilidades curriculares de los actuales dirigentes, pero el trance económico ha corregido la corta profecía, y posiblemente estemos en el periodo más enriquecedor para construir los vínculos de solidaridad y compromiso de Europa.
Ángela Merkel, es decir, el eje franco-alemán está llamado a liderar este cambio histórico, para que no se desparrame por los laberínticos caminos: poder, tozudez, cabeza bien amueblada no le falta. Y aunque sus desangelados modelos del viejo Burda estén de modé, le corresponde dirigir la modernización de Europa, por ahora.
En su reciente visita a España, la Sra. Merkel, ha apoyado y felicitado al presidente Zapatero, por los recientes acuerdos socio económicos, y por las medidas recientes tomadas por el Gobierno. Mientras, Rajoy, se desgañita en sus mítines de telediario weekend, para decir que a la alemana la obedecemos, pero que a él ni caso, cuando el inventó el guión para salir de la crisis. ZP debiera traducir mejor los gestos y conversas del gallego. A los españoles de a pie se nos pueden escapar los vaticinio de don Mariano, terciados de meigas y silencios, pero es de un presidente con mala intención no tomar en cuenta las desconocidas recetas del líder popular.
Curro Flores
2011-02-06
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