sábado, 23 de abril de 2011

Kremlinólogos y egiptólogos

Durante el siglo pasado, como nos dirían los más jóvenes, -en vuestra época, se adocenaron una suerte de especialistas en conocer los atajos del Kremlin soviético. Para tan talentosos humanes nada de lo que se cociera detrás de la muralla rusa le era desconocido, el más leve movimiento del pelo de una ceja de un gerontócrata  del Comité Central era interpretado para los asiduos y el lejano occidental, como si se tratara de un oráculo preciso. Estos sesudos y talentosos guías de intramuros no nos dieron luz sobre la caída del comunismo, porque lo que de verdad cocían el futuro estaban extramuros, contra murallas y tanques, aventando libertad.
Los egiptólogos son especialistas en la trama del pasado Egipto, capaces de conducirnos por los laberínticos pasadizos de las pirámides y leer con soltura el más intrincado de los jeroglíficos. Su trabajo nos ha llevado a amar una civilización del pasado, pero el Eureka turístico ha momificado nuestra percepción, de un  gran pueblo, con un extraordinario pasado, que sufría con lo mínimo y que lanzaba un tropel de niños alrededor de los viajeros por unas monedas, un chicle o un caramelillo. -Tengo tantos conocidos alegremente inmortalizados con fondo de pirámide o a lomos de camellos, que apenas vislumbraba el negativo que se oculta.
En medio siglo hemos vivido cuatro oleadas democráticas, en el trasfondo pueblo oprimidos, millones de seres con carencias económicas, ansias de libertad, hartazgo, mucho hartazgo de los pocos sobre los muchos. Siempre la misma alianza  conveniencias de los países adalides de las democracias con los dictadores de turno, por eso del equilibrio de la zona, lo del más vale malo conocido…; más que menos cerrojos a la esperanza, y complacencia, mucha complacencia, y sobretodo negocio, mucho negocio.
Nuestra orilla mediterránea sufre de los seísmos de la crisis, y se abstrae entre sus ladrillos de más, sus cuentas públicas, excesos de longevidad, berlusconismo de opereta y demás sin sabores. En la orilla de enfrente, donde atracan los cruceros, y ojea la Sexta Flota estadounidense. La democracia, la libertad, la justicia quieren tomar cuerpo, y en las calles los ciudadanos se la juegan frente a los que garantizaban el equilibrio de la zona a costa de sus poblaciones oprimidas.
Cada vez que se mueven los pueblos, el analista, el especialistólogo de turno, el del think tank, se ve desorientado, y saca la brújula del miedo, frente al optimismo que necesita el horizonte del cambio a la democracia. Europa debe trabajar por las democracias que deben nacer y crecer en el Norte de África. Coincido con Walesa, y nunca mejor, en que debemos proponer sociedades civiles para gobernarse en democracia, y que la devoción religiosa se debe dedicar al rezo íntimo. Las singularidades y excepcionalidades de los pueblos las mejora el arte de saber gobernarse y de ser vigilante frente a los viejos hitos contra la libertad de elegir y pensar.
A propósito de nuestras democracias, los davólogos, desde la cumbre de Davos, nos traen las malas nuevas del roneo de los banqueros, que se resisten, aunan y toman postura contra las medidas de control financiero que puedan tomar en la cumbre del G-20. Ahora quieren que se ponga ojo en el déficit público y no en los movimientos del mercado bancario. A tamaña desvergüenza hay que cortarle las alas, extramuros está hasta las narices del paro y las incertidumbres.
Curro Flores
30 de enero de 2011

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