domingo, 26 de diciembre de 2010

La nueva heroína


La telerrealidad que como fenómeno presume de audiencia y dividendo, consume a una heroína, Belén Esteban, mito de la telegenia española. La osadía de este incuestionable dato, como siempre, invade espacio y titulares de las páginas de los más sensatos medios de comunicación, aunque sea para preguntarnos por el estado de la cuestión y nuestro destino televisivo.
Si el viejo aficionado del tendido solano levantara la cabeza, aquel que paladeaba anís Machaquito, o de cualquier otro ídolo de la tauromaquia. Vería con asombrada sorpresa, primero el televisor con mando a distancia, y después el papel agitador y predominante que ha tomado la manola, desbordando con creces la atención que prestaban los públicos a su torero. -¡Ni la novia de Reverte!

Aunque nuestra Generación del 98 se topara con miles de anuncios de jamones panorámicos, les invadiría una nueva ola de pesimismo hispánico por este papel predominante que le otorgamos a la ignorancia.

Umberto Eco al que le insistía en exceso, en una reciente entrevista, Iñaki Gabilondo, por esa Italia de Berlusconi, debido a su más que declarado enfrentamiento del sabio con el Il Cavaliere y su política. Nos invitó de rebote a preocuparnos más por la España de nosotros mismos que por el desafuero ajeno. Y no le faltó razón.

Escaseábamos de tanta escuela en el pasado que nuestros canales televisivos siembran con fortuna los ripios y los esperpentos. Mucha razón tiene Enric Sopena, cuando nos pone en alerta sobre el epitafio de CNN. Demasiadas cadenas quedarán por obra y gracia del TDT, pero nos sentiremos presos por las belenes y parloteos de la bazofia más aguerrida, jugando siempre a la derecha. Siempre es tiempo de remediarlo.

Sin desmarcarnos de la Merkel, los europeos desfilamos paupérrimos al paso de la foca, mientras la fiel infantería cubre sus Gürtel y tropelías enseñoreando las encuestas. Las calderas están a todo gas, mientras en el AVE se toma la paella, dónde a toda velocidad cada grano sabe a lo suyo.

En tiempo de venida como conmemoramos, no tenemos porque felicitarnos, porque los españoles no desean esperar al que parece insalvable Rajoy. De todas formas no debemos abandonar la edificación de la esperanza, porque "en peores garitas hemos hecho guardia," y el actual garito mediático tiene menos espuelas que la dictadura y más números rojos. Anís de Rute con nombre de torero de época, pestiños para villancicos a ritmo de pastorá y Belén….

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